El pasado 28 de septiembre entró en vigor la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización.
Realmente el título está muy bien elegido puesto que utiliza palabras que actualmente están muy demandadas como son emprendedores e internacionalización, pero ¿se corresponden a la realidad?.
Independientemente de que la Ley 14/2013 llega quizás con 3 años de retraso y que las reformas que ofrece son más bien algo básicas, confunde el término emprendedor con el de superviviente. En el punto álgido de la crisis se comenzó a tomar conciencia de la importancia de las personas que comenzasen a trabajar por su cuenta y riesgo como futuro modelo del mercado internacional; a ese grupo de personas se les ha denominado erróneamente Emprendedores.
En España, esas personas no son emprendedores sino supervivientes puesto que la Administración no ha colaborado para fomentar su trabajo. Es ahora cuando la Ley por primera vez regula las Medidas para impulsar la contratación pública con emprendedores, Apoyo a la financiación, Apoyo en materia de Seguridad Social etc.
Quizás esta Ley llegue tarde para muchas personas que comenzaron a emprender un nuevo negocio y tuvieron que desistir de ello, quizás esta Ley haga surgir nuevos supervivientes o quizás esta Ley deje las cosas como siempre han estado: con apoyo a unos pocos y apoyados sobre todos los demás.
ABR